Un café con gratas notas aromáticas dulces y afrutadas que recuerdan el caramelo y a un suave chocolate oscuro. Sobresale su acidez frutal, su cuerpo cremoso y armonioso balance. Descubre las inagotables posibilidades de este café gracias a los diferentes métodos de filtrado que ofrece el lugar: desde una prensa francesa, pasando por una jarra chemex, hasta un cono de goteo ¡Pero eso no es todo! También encontrarás en este café —uno de los más tradicionales de Bogotá— bebidas de autor y un amplio abanico en pastelería, que incluye croissants, empanadas, sánduches, waffles y tortas libres de gluten, cuyos precios máximos están sobre los 10 USD. La historia de este templo cafetero está íntimamente ligada a la Hacienda San Alberto, ubicada en el municipio de Buenavista (Quindío), a 33 kilómetros de Armenia. En 1972, el abuelo de los hermanos Villota, socios del establecimiento, compró dicha hacienda. El proyecto inició cuando Gustavo, experto en productos de lujo, y Juan Pablo, experto en vinos, decidieron juntar sus conocimientos para producir una bebida de culto con capacidad de exportación.
El Café San Alberto ha logrado obtener más de 20 premios internacionales por su calidad. Es un lugar ideal para conversar, hacer reuniones de trabajo y tomar una pausa.
Un café con gratas notas aromáticas dulces y afrutadas que recuerdan el caramelo y a un suave chocolate oscuro. Sobresale su acidez frutal, su cuerpo cremoso y armonioso balance. Descubre las inagotables posibilidades de este café gracias a los diferentes métodos de filtrado que ofrece el lugar: desde una prensa francesa, pasando por una jarra chemex, hasta un cono de goteo ¡Pero eso no es todo! También encontrarás en este café —uno de los más tradicionales de Bogotá— bebidas de autor y un amplio abanico en pastelería, que incluye croissants, empanadas, sánduches, waffles y tortas libres de gluten, cuyos precios máximos están sobre los 10 USD. La historia de este templo cafetero está íntimamente ligada a la Hacienda San Alberto, ubicada en el municipio de Buenavista (Quindío), a 33 kilómetros de Armenia. En 1972, el abuelo de los hermanos Villota, socios del establecimiento, compró dicha hacienda. El proyecto inició cuando Gustavo, experto en productos de lujo, y Juan Pablo, experto en vinos, decidieron juntar sus conocimientos para producir una bebida de culto con capacidad de exportación.
El Café San Alberto ha logrado obtener más de 20 premios internacionales por su calidad. Es un lugar ideal para conversar, hacer reuniones de trabajo y tomar una pausa.