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La historia de estas calles va así: el 10 de noviembre de 1774, el Virrey Manuel Guirior  decidió organizar las calles de Santa Fe. Entonces ordenó a los respectivos alcaldes ponerle un nombre a las calles y un número a las casas. En aquella época, la ciudad estaba dividida en ocho barrios y era habitada por algo más de 16.000 personas. ¡Hoy Bogotá es una ciudad con más de 8 millones de habitantes!

Con los nombres de las calles salen a relucir creencias populares y recuerdos heroicos. Algunas calles tienen  nombres de santos, debido al fervor religioso de la época. Así es como todavía existen las calles San Andrés, Santa Ana, Santa Bárbara, San Bruno, Santa Isabel, San Raimundo y Santa Martha.

También el recuerdo de la Conquista española aportó nombres a las calles: de Quesada, de Galeano, de Borjas y de la Conquista. Y, por supuesto, las leyendas populares: del Pecado Mortal, del Mal Ladrón y del Panteón.

Pero en el centro de la capital colombiana también ha sido testigo de las emociones humanas más profundas. Por eso en tu recorrido puedes transitar por las calles del Amor, de la Esperanza, del Agrado, de la Alegría, de la Paz, de la Fatiga, de los Dolores, del Afán y de la Agonía.

En 1849, Vicente Lombana, el gobernador de la provincia de Bogotá, tomó como centro la actual Plaza de Bolívar y organizó la nomenclatura de la ciudad. Señaló las calles que iban de oriente a occidente y viceversa y las carreras que iban de sur a norte y de norte a sur.

Estas calles guardan increíbles historias que marcaron una época. En la carrera 4, entre calles 10 y 11, se encuentra la Calle de la Rosa, famosa por haber alojado en una de sus casas (la 10-18) a Juan José Francisco de Sámano, militar español, considerado el último gran Virrey de la Nueva Granada.

Por otro lado, en la casa 10-32 falleció Ignacio Gutiérrez Vergara, estadista, político y periodista de  finales de 1.800, y en la casa 10-74 fue asesinado el General José Sardá, militar español que luchó en las guerras de independencia española, mexicana y venezolana. 

A unos cuantos pasos de allí está la calle de la Fatiga, ubicada en la calle 10 entre carreras tercera y cuarta. Fue denominada así porque las personas que suben por la calle 10 llegan sin aire debido a la inclinación que tiene la pendiente. Mientras tanto, la calle del Pecado Mortal (calle 21 con carreras primera y tercera) tomó el nombre por cierto personaje que usaba una capa larga y un sombrero chambergo que acostumbraba a transitar por las calles de Santa Fe en altas horas de la noche. Llamaba la atención de sus vecinos porque cargaba siempre en la mano una linterna, hacía sonar una campanilla y pedía limosna para servir a los que estaban en pecado mortal. Buscaba curar a los enfermos del alma. 

Estas son solo algunas historias que debes conocer sobre las calles de la antigua Santa Fe y la actual localidad de La Candelaria. Son escenarios claves para entender el proceso de Independencia de Colombia y para sumergirse en la cultura capitalina de antaño. 

Por estas calles, además de aprender de historia, puedes probar bebidas tradicionales como la chicha, degustar platos típicos colombianos como el ajiaco y vivir la vibrante actividad cultural que incluye cuenteros, obras de teatro y el tour de graffitis. ¡¡Bogotá es imperdible!

 

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