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Imperdibles

LAGUNA DE GUACHENEQUE

Para los muiscas el agua era uno de los símbolos de la vida y esta laguna era todo un epicentro ceremonial de protección a ella. Ubicada en el páramo de Guacheneque, cuna del río Bogotá, allí los frailejones y musgos conservan la humedad, la transforman en líquido,  que más adelante se vuelve caudal y forma el río más importante de la sabana: el río Bogotá (Funzha para los muiscas) que guarada una profunda relación con las Futchas, guardianas del agua y sacerdotisas del orden de la luna.

Sáchica, Iglesia doctrinera

La plaza fundacional de Sáchica conserva vestigios del proceso colonizador; varios espacios permitirán acercarse y transportarse, temporal y conceptualmente, a este periodo para comprender la dinámica del proceso evangelizador en la zona.

Museo del Oro

Este escenario, que comenzó a funcionar en 1939, reune una de las colecciones más importante de arte precolombino del mundo (34.000 piezas prehispánicas ). La balsa muisca, el poporo quimbaya y más ornamentos indígenas, elaborados en tumbaga y oro, permiten comprender la cosmovisión ancestral a través de la orfebrería y la alfarería.

Laguna del Cacique Guatavita

Una de las 7 lagunas sagradas para la comunidad indígena que celebraba allí un ritual de entrega de poder de un cacique nuevo.
Por su carga simbólica y espiritual la laguna fue epicentro  de rituales de pagamento, lo que despertó el interés español durante la colonización. La ambición y los relatos sobre la leyenda de El Dorado generaron su saqueo sin éxito. 

Un lugar de contacto con la cosmovisión muisca y su relación con la naturaleza, el agua y sus rituales.

Templo del Sol

Un acercamiento a la cultura milenaria desde el centro del poder espiritual muisca. El Templo del Sol, ubicado en el Parque Museo Arqueológico Eliecer Silva Celis, permite recuperar la memoria a partir de la colección arqueológica más representativa de la cultura muisca a nivel nacional. Este recorrido se complementa con una muestra mural por la ciudad del sol (Sogamoso) y una visita al monumento a la raza, ícono y emblema de la ciudad.

Villa de Leyva

Un espléndido poblado boyacense donde se podrá comprender el
proceso colonizador a través de la arquitectura, los vestigios del pasado y la
historia misma del lugar; además se revelará la relación comercial, cultural y social
entre muiscas y españoles.

Cabildo de Sesquilé

La comunidad musica aún hace presencia en el territorio y  le da la bienvenida al visitante estableciéndo formas de contacto con sus costumbres, cosmovisión y tradición. Una invitación a descubrir y disfrutar la riqueza gastronómica de la región .

Chorro de Quevedo

Uno de los íconos de la ciudad; el mito más popular dice que allí se habría dado la fundación de Bogotá. En la época pre-colonial el lugar era conocido por los muiscas como Thibsaquillo (tierra de descanso en lengua chibcha) y era utilizada como un punto acercamiento con los dioses Chía (Luna) y Sue (Sol) por su ubicación hacia la falda de los Cerros Orientales. 

Museo de La Chicha

Un escenario que busca resaltar y promover la herencia indígena a través de la producción y consumo de una bebida ancestral “Chicha” (Facua). Un espacio para tener una experiencia histórica y práctica en torno a las semillas ancestrales, sagradas y doradas.

El ritual comprende la cata de las cuatro bebidas sagradas: chicha, zhuke, guarapo y chirrinchi.
 

Lago de Tota

Tota es un escenario incomparable para conocer la pureza ancestral del territorio muisca.  Su lago se localiza entre los municipios de Cuitiva, Tota y Aquitania y es uno de los vestigios de este territorio sagrado. Muy cerca se sitúa la Isla del Zaque o San Pedro un mítico lugar para conocer relatos sobre la formación del lago o la enigmática leyenda de Busiraco.

Experiencia gastronómica Ancestral

Una oportunidad para entrar en contacto con el territorio protegido y guiado por la diosa mayor de la noche: la luna (Chía para los muiscas). Un lugar para conocer de primera mano la cosmovisión muisca; además, se podrá reconocer el valor y significado de la luna como esencia e influencia en la gastronomía ancestral.

Salto del Tequendama

Al sur de la ciudad encontrarás un escenario de leyenda. La historia cuenta que hace años la Sabana de Bogotá estaba inundada (como castigo de los dioses al hombre). Bochica (sabio y dios civilizador) fue invocado y acudió al llamado desesperado de los muiscas; el sabio tocó con su báculo algunas rocas, generó un dique y el agua circuló formando una caida imponente de 157 metros de altura, así nació el Salto del Tequendama. En esta zona se han encontrado vestigios arqueológicos que hablan del carácter sacro y ancestral de este lugar.

LAGUNA DE CHINGAZA

Uno de los escenarios de mayor imponencia, cósmico y lleno de espiritualidad. La laguna era considerada por los muiscas como eje-madre de todos los templos naturales; un lugar sagrado para hacer pagamentos (Ata Ta) a la madre tierra como símbolo de gratitud por las bondades que de ella se recibía. Allí se practicaban rituales de sanación para curar hombres, animales y plantas.

Bochica (sabio civilizador) aparece por primera vez aquí, atraviesa el páramo de Sumapaz (Sunapa) llega el poblado de Pasca y luego a Bosa para iniciar sus enseñanzas al pueblo muisca.

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