En el firmamento los astros guardan secretos ancestrales. La Ruta Leyenda El Dorado incluye observatorios astronómicos que han perdurado en el tiempo para dar cuenta de Sue (el sol), Chía (la luna), las estrellas y más elementos del cielo en la tierra.
La observación de los astros permitió a los muiscas establecer los ciclos de siembra y cosecha, hacer pronósticos climáticos, organizarse socialmente y explicar la vida misma. La cultura muisca edificó templos y viviendas alineados con la salida y puesta del sol, la luna y algunos planetas como Venus.
El tiempo y el espacio fueron configurados a partir de calendarios y con ello se dio un orden cósmico a los momentos de la vida. Los antiguos muiscas contaban los días como soles y los meses como lunas; cada mes (30 días) estaba dividido en 3 partes de 10 días. Los primeros 10 días los hombres se separaban de sus mujeres y mascaban hayo (hoja de coca y sales); la segunda parte del mes se dedicaban a la labranza y al trabajo; y la última parte del mes la destinaban al ocio y a la compañía de sus mujeres.
Hoy, como antes, el año muisca inicia el 21 de marzo con el equinoccio (un fenómeno que hace que todas las partes del planeta reciban la misma cantidad de luz y sombra; así, el día y la noche tienen la misma duración). Antes de iniciar cada año, la comunidad hace recolección de productos, una limpieza con medicina ancestral (a veces yagé) y en la laguna de Guatavita realizan ceremonias de iniciación de líderes de la comunidad. Un día antes del año nuevo (20 de marzo) celebran una fiesta para rendir tributo y, en el inicio de año, plantan semillas en la tierra.
Otro momento significativo para la comunidad muisca es el solsticio (fenómeno que hace que una de las partes del planeta reciba mayor cantidad de luz que la otra; el día es más largo que la noche), que llega el 21 de junio y se le denomina “segundo fuego” allí se deshierba y se preparan 9 ceremonias: del agua, del fuego, del aire, del silencio, del alimento, del perdón, de la Oska (tabaco), de la mujer y del canto o la danza.
La Ruta Leyenda El Dorado es la posibilidad de acceder al conocimiento ancestral, aprender de los astros y su sentido milenario; es la oportunidad de comprender el sentido de la vida a partir de una conexión única con la naturaleza. ¡Aquí empieza tu viaje de leyenda!